Ha llegado el momento en el que todos y todas estamos tomando posiciones contra este engaño de sistema que nos intenta ahogar para robarnos después.
Con la valentía de los desesperados y los indignados, un bombero se niega a cortar una cadena que separaba a la moradora de la casa de la comisión judicial sin pensar en los posibles expedientes disciplinarios, unos concejales obstaculizan a la policía que intenta aplanar el camino a los desahuciadores sin pensar en sus historiales delictivos, y los vecinos profieren gritos de apoyo a Aurelia, la octogenaria a la que quieren echar de su casa.
Con gestos como este vemos que otro mundo es posible, es necesario y se está haciendo realidad.
Como una fina lluvia, la desobediencia civil va empapando nuestras cabezas y desempolvando nuestros ojos.
Tomemos acciones contra el magnicidio financiero de este sistema del capital.
Enlace al periódico “El Ideal Gallego”